miércoles, 6 de octubre de 2010

"¡Extra, extra!: Ahora con @Twitter se puede ser escritor"

Me temo advertir que las siguientes líneas no están dirigidas a servir como manual para neófitos, ni hacer un lego manifiesto del microblog más importante de nuestros tiempos.

Pero si Ud. hace parte del grupo de lectores que no tiene ni idea de lo que le hablo, empecemos por decir que Twitter es una especie de autopista gratuita para enviar Marconis en versión mejorada, ya que sólo permite el envío y lectura, de 140 caracteres a seguidores que no lo conocen necesariamente en persona y que pueden estar en otra parte del globo.

Esta visión telegráfica de las nuevas redes virtuales, ha permitido básicamente dos cosas: informar e interactuar. Informar, porque según una muestra de mercadeo de la empresa texana Pear Analytics, el 3,60% de la utilidad de Twitter es enterarse de las noticias provenientes de aquellas cuentas creadas por la mayoría de medios de comunicación. Asimismo, interactuar, porque los usuarios dedican su tiempo en crear mensajes conversacionales con otros, escribir incoherencias, auto-promocionarse o sencillamente controvertir sobre cualquier tema (trending topic) en la red.

Por lo tanto, quien aspire a crear una cuenta en Twitter está obligado a pensar antes de escribir, y tener la gran habilidad de ser conciso y lacónico cuando decida "trinar", "tuitear" o publicar un "tweet". Pero ¿cuáles son las ventajas del Twitter?, ¿es para desocupados?, ¿sólo para jóvenes?, ¿es una nueva tendencia esnob exhibicionista?, ¿cuáles son sus desventajas?

A primera vista la inmediatez ha servido para que ya los medios de comunicación tengan que consultar la página de Twitter, como fuente de referencia directa de los nuevos pronunciamientos de @piedadcordoba; las opiniones incisivas sobre la realidad nacional de @petrogustavo; el regreso a la política de @AlvaroUribeVel; el re-estreno al periodismo del ex-vicepresidente @fsantosRCN; o las nuevas columnas que @elespectadorcom publicará por parte del anuncio de su director @fidelcanoco.

Y a esta gomosa fiesta cibernética, se suman las arengas revolucionarias de @chavezcandanga, las criticas de @CFKArgentina al sistema judicial argentino; simplemente la salida del armario de @ricky_martin, o las nuevas posiciones del Vaticano sobre el aborto. En fin, una ristra variopinta de trinos, que en una línea de tiempo resulta hasta divertido leer. No me imagino siquiera el día que Fidel Castro decida abrir una cuenta, o el Procurador Ordóñez, para perseguir a los comunistas prófugos o asentir los anuncios del Papa.

De modo que, no estamos lejos de formular una doctrina "twittera" que sostenga que las líneas escritas por aquellos influyentes intelectuales, artistas, políticos, o sensaciones del momento, replantean la figura del escritor tradicional, comunican y en últimas expresan los sentimientos o noticias que cualquier telegrama trae escondido en algún sobre. Es entonces, la reinvención masiva de "blogueros" en caliente.

Queda demostrado que la jovialidad implica síntesis, concisión y nada de tautologías superfluas. Y Twitter obliga a su autor observar esos criterios, pues de lo contrario quedará expuesto a no ser leído más allá de los 14o caracteres exigidos. Y a pesar de no ser considerado una red social, en boca de su mismo creador, Jack Dorsey, admite pre-adolescentes inquietos, universitarios, hombres de negocios, amas de casa, políticos, intelectualoides, artistas, periodistas, entre otro rango de sujetos interesados en la difusión de palabras cada segundo.

No obstante, como toda ficción sin límites, el desborde de palabras también puede afectar a muchos. Discusiones, bromas, opiniones fuera de tono, imputaciones deshonrosas, insultos o incluso amenazas en público, son el pan de cada día; toda vez que Twitter es lo que sus usuarios quiere que sea.

Y eso precisamente obedece al ejercicio de una titularidad responsable de las palabras pronunciadas, sin importar que éstos se hagan a nombre de seudónimos o juegos onomásticos. Verifica lo anterior el hecho de que lo que se escribe en Twitter, no se queda en sus paredes o cableados como un festín burlesco o red para niñatos sin oficio. Es una opción de interacción seria, y constructiva que se transforma en herramienta contra-censura, como fue el caso de las elecciones en Irán (#iranianelection), el impulso electoral del caso venezolano, el repudio al terrorismo como la muerte del Mono Jojoy (#monojojoy), o la solidaridad al terremoto en Haití y Chile.

¿Revolución mediática?, no me cabe duda. Twitter es un prístino ejemplo de que la sobrecarga de información no es un shock del futuro. Es una forma de interacción sin rostro que en últimas supone una sociedad del conocimiento que abroga los telegramas extemporáneos. Comprueba que ahora se abre otra ventana para escribir y leer libremente, donde se puede trinar como ávidos pájaros y leer como abuelos con anteojos bien puestos.

Bogotá