miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Por qué los hombres son malos?

Publicado en el diario Despertar de Oaxaca, México
Publicado en el diario El Heraldo de Barranquilla, Colombia

Una vez leí el primer cable diplomático pensé de sopetón en Maquiavelo. La decisión de WikiLeaks de filtrar los telegramas que las legaciones estadounidenses asentadas en todo el mundo escribían al Departamento de Estado, me trajo un recuerdo vago sobre la reacción que en tiempos absolutistas significó el contenido de "El Príncipe" de Maquiavelo.

Cuando estudiaba la teoría política del realismo clásico, algo que los politólogos deben conocer más que yo, sus letras me llevaban al estudio de la obra más importante del realismo político de quizá uno de los diplomáticos más relevantes de Florencia. Un texto criticado tanto por Descartes como por Mussolini, pero que no se desgasta ante su vigencia en tiempos contemporáneos, es lo que aspiro dejar citado aquí.

¿Qué carajos tiene que ver "El Príncipe" con WikiLeaks? Pues mucho. Los cables diplomáticos filtrados del cual muchos tienen noticia, traducen un solo atisbo: la forma en cómo Estados Unidos consigue y mantiene el poder en el orden mundial. Por mucho que esto no les diga nada, el contenido de los cables no constituye un acervo de chismorreos de cócteles o reuniones de alto nivel o las confidencias más morbosas de las excentricidades de los Jefes de Estado. Se trata de un especie de club mundial sobre los secretos de la política internacional. Un club que ejercita un cinismo civilizado, y demuestra como decía Maquiavelo, el por qué los hombres somos malos.

WikiLeaks demostró entonces que el fin justicia los medios. Que la diplomacia estadounidense así como el ejercicio de la política exterior de todos los países del mundo, no es concebida como un instrumento de paz tal como reza en la Carta de las Naciones Unidas, sino una estratagema bien construída para jugar en el teatro del concierto mundial.


Desde "El Príncipe", todos sabemos que es así. Lo que no sabíamos era cómo y de qué manera esa astucia, fingimiento y engaño artificioso operaba en la diplomacia mundial. Eso precisamente fue lo que hizo WikiLeaks, formular una especie de tratado dantesco sobre el modus operandi de la diplomacia americana y la corrupción internacionales.

Y haciendo una valoración discriminatoria y a vuelo de pájaro, de todo el contentivo de aquellos cables, queda el sinsabor de una lectura que hará historia: el plan estadounidense contra Irán, Corea del Norte, Siria, Sudán, Cuba y aquellos miembros de un eje del mal, que modifica la lectura del mundo después del 11 de septiembre. Además, la búsqueda de aliados para controlar el Medio Oriente, el hambre sobre el control de las zonas ambientales del plantea y su hipócrita necedad en la falta de compromiso de la agenda medioambiental internacional. Así como el temor de enfrentarse a China, hacerse el de las caritas alegres con Rusia, para evitar su alianza con la India.

Una muestra del juego del poder realista de la arena internacional. Un juego filtrado por los periódicos más importantes del mundo. Un mensaje del cual muchos interesados no quieren referirse, toda vez que la fuerza de los intereses creados de ese club mundial supera el interés general de los pueblos y soslaya los compromisos de la civilización entera.

Barranquilla, 29 de diciembre de 2010.