miércoles, 10 de marzo de 2010

En el mundo están ocurriendo cosas increíbles

Que cosa más vieja*
Publicada en el Heraldo
24 de abril, 2008


En vísperas del quinto año del mes, diferentes voces en el mundo no cesan en declarar que el mundo está sumido en crisis. La ristra de acontecimientos no para, y evoca la inquieta e insistente expresión Macondiana de que “En el mundo están ocurriendo cosas increíbles”. Podría sonar fatalista, pero los recientes hechos de las dinámicas internacionales dan muestra de una hoguera cada vez en lumbre.

Verifica lo dicho, la crisis climática que se convierte en asunto de seguridad internacional, y afecta todos los espacios de la biosfera, acuciando la supervivencia de los ecosistemas. El temor del calentamiento global no se aleja de los más débiles, y arrolla la sostenibilidad natural de glaciares, cultivos, con temperaturas que desbordan los límites, hasta incrementar el nivel de los mares. La dependencia de la energía fósil, todavía no ha sido resuelta, habida cuenta de las altas cotizaciones del petróleo, jamás visto en la historia.

Asimismo la conmoción internacional por la crisis financiera iniciada en los Estados Unidos, ha contaminado los mercados financieros y de capitales. La crisis de los subprimes, no sólo se convirtió en la causa simulada de la inestabilidad económica, como también en el perjuicio de las economías de Europa (Eurozona), los flujos de capital de América Latina, cuya influencia choca con los signos de prosperidad en Asia, como India y China. A pesar de la negativa para considerar la crisis como una recesión, los indicios aseguran un reordenamiento económico en el sistema internacional.

Los bruscos movimientos del planeta además recrudecen con la crisis de alimentos. En columna del economista Paul Krugman, se explica que los motivos obedecen a tres razones principales: la elevada demanda de carne en China y economías emergentes, los precios del petróleo, y el mal tiempo en grandes áreas de cultivo, especialmente en Australia. Imagínense que esta nación es el segundo exportador de trigo en mundo, pero sus zonas están siendo objeto de sequías. A esto se le añade la crisis de trigo para hacer pan en Egipto, su dieta cotidiana. Colombia no está exento de la crisis, toda vez que los productores de oleaginosas y cerealeros anuncian un inminente aumento en el precio del pan.

La crisis hizo crisis, y es probable que asistamos al inicio de las consecuencias que comienzan a afectar al medio ambiente, la economía mundial, y la población. La deslegitimación de la lógica del sistema socio-económico actual empieza a viciarse, y la inconsciencia sobre estas contradicciones, convierte a los habitantes del planeta en causantes y víctimas de una concepción casi porfiada de que en realidad, en el mundo están pasando cosas increíbles.

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